
A un gran número de personas les estresa la simple idea de visitar al dentista. Es muy común encontrar pacientes a los que les da miedo, pero más allá de eso, tener que ir al dentista representa para otros, una situación de pavor que puede desencadenar una fobia. El temor al dentista u "odontofobia" se origina a partir de dos tipos de miedo fundamentales:
- Miedos subjetivos: Son el resultado de situaciones imaginarias que se van creando a través de escuchar relatos de malas experiencias que han tenido otras personas con el dentista y/o circunstancias negativas por las que nos dejamos influenciar (películas, chistes, vergüenza injustificada, miedo a lo desconocido, etc.). Podemos clasificarlos como temores infundados, ya que carecen de todo fundamento lógico.
- Miedos objetivos: Este tipo de miedos se desarrollan a partir de haber experimentado personalmente eventos desfavorables con uno o varios dentistas, lo que provoca que se genere una imagen negativa y rechazo hacia la profesión odontológica, situación que orilla al paciente a descuidar su salud dental y dejar de visitar al especialista, acarreando problemas más serios a futuro.
Conviene señalar que no deberíamos temer ir al dentista, sino que muy por el contrario lo que debería aterrarnos, son las consecuencias de no visitarlo regular y oportunamente. La cultura "preventiva" es la mejor estrategia para disminuir la necesidad de tratamientos odontológicos más complejos que pudiesen provocar diferentes grados de estrés. Esperar a que se presente el dolor no es lo más acertado, ya que llegado ese punto algunos daños podrían ser irreversibles.
Si tomamos en cuenta lo antes citado, no existe entonces razón alguna para que nos atemorice acudir a consulta, ya que lo único que lograremos será sugestionarnos y como consecuencia experimentar sensaciones desagradables. Así que, la próxima vez que visites al dentista, respira profundamente, relájate y acude con un especialista de tu confianza.
IMPORTANTE: Nunca utilices la visita al dentista como un castigo para tus hijos, ya que lo único que lograrás será crearles la idea de que la atención dental es algo malo e indeseable. Por el contrario, es muy importante que los padres motiven a los hijos transmitiéndoles seguridad y tranquilidad.